viernes, 25 de noviembre de 2011

ORACIÓN A LA MILICIA

Este ejército que ves 
vajo al yelo y al calor, 
la república mejor 
y más política es 
del mundo, en que nadie espere 
de ser preferido pueda 
no por la nobleza que hereda, 
sino por la que el adquiere; 
porque aquí a la sangre cede 
el lugar que uno se hace 
y sin mirar cómo nace 
se mira como procede. 

Aquí la necesidad 
no es infamia; y si es honrado, 
pobre y desnudo un soldado 
tiene mejor cualidad 
que el más galán y lucido; 
porque aquí a lo que sospecho 
no adorna el vestido el pecho 
sino el pecho adorna al vestido. 

Y así, de modestia llenos, 
a los más viejos verás 
tratando de ser lo más 
y aparentando lo menos. 

Aquí la más principal 
hazaña es obedecer, 
y el modo cómo ha de ser 
es ni pedir ni rehusar. 

Aquí, en fin, la cortesía, 
el buen trato, la verdad, 
la firmeza, la lealtad, 
el honor, la bizarría, 
el crédito, la opinión, 
la constancia, la paciencia, 
la humildad y la obediencia, 
fama, honor y vida son 
caudal de pobres soldados; 
que en buena o mala fortuna 
la milicia no es más que una 
religión de hombres honrados. 

ORACION A LA INFANTERIA

A ti diosa legendaria del combate
 reina de las armas 
señora del valor y de la gloria 
Infantería sacrificada y heroica 
presentamos el arma tus Soldados 
henchidos de orgullo el corazón 
al lucir tu divisa portar tus armas
y recoger el brillo de tus tradiciones 
Tu vida es tempestad 
tu destino pasión arrebatada 
tu historia ardor fiereza y valentía 
estás plasmada de lucha y sacrificio 
desprendimiento y generosidad exiges 
de quienes se consagran a ti
OH ! GLORIOSA INFANTERIA PASO DE VENCEDORES !!!

Himno a la Infanteria

Coro

Mi fusil es la prospera herencia
de la antigua y magnánima lid,
que con polvo y con sangre de América
dio a la patria su libre perfil.
Llevo al hombro cien años de gloria,
cuando cargo orgulloso el fusil.

I Estrofa

Ser infante es el bello destino,
si la cita es preciso cumplir,
De la línea inviolable que marca
De Colombia el sagrado confín.

II Estrofa
Ser infante es el bello destino,
Si la suerte de un pueblo feliz,
Se decide marchando a la guerra,
Y la historia nos manda morir.

¡Paso de Vencedores!

Autores:
Música: Francisco Torres Rada
Letra: Rafael Maya
http://www.youtube.com/watch?v=2jyaAT5WzzA&feature=related

ORACION DE GURRA

Oh, Dios,

Señor de los que dominan,
Guía Suprema que tienes en las manos
las riendas de la vida y de la muerte,
escucha mi oración de guerra.

Haz, Señor, que mi alma no vacile en el combate
y mi corazón no sienta el temblor del miedo.
Haz que el silbido agudo de los proyectiles alegre mi corazón.
Haz que la sed y el hambre, el cansancio y la fatiga,
no lo siente en mi espíritu,aunque lo sientan mi carne y mis huesos.
Que mi alma, Señor, esté siempre tensa, pronta al sacrificio y al dolor.
Que no rehulla, ni la imaginación siquiera,
el primer puesto en el combate,
la guardia más dura en la trinchera,
la misión más difícil en el avance.

Pon destreza en mi mano para que mi tiro sea certero.
Pon caridad en mi corazón para que mi tiro sea sin odio.
Haz, por mi Fe, que yo sea capaz de cumplir lo imposible.
Que desee vivir y morir a un tiempo.

Morir como tus Santos Apóstoles,
como tus viejos profetas,
para llegar a Ti.

Vivir como tus abnegados misioneros,
como tus antiguos cruzados,
para luchar por Ti.

Te pido, Señor,
que mi cuerpo sepa sufrir con la sonrisa en los labios.
Como sufrían tus mártires, Señor.
Concédeme, oh rey de las victorias,
el perdón por mi soberbia.
Quise ser el soldado más valiente de mi Ejército,
el colombiano más amante de mi Patria.
Perdona mi orgullo, Señor.

Te lo ruego por mis horas en vela,
el fusil y el oido atentos a los ruidos de la noche.
Te lo pido por mi guardia constante en el amanecer de cada día.
Por mis jornadas de sed y de hambre,
 de fatigas y de dolor.
Si lo alcanzo,
ya mi sangre puede correr con júbilo
 por los campos de mi Patria
y mi alma puede subir tranquila a gozarte
en el tiempo sin tiempo de Tu Eternidad.

Autor Teniente Nelson Bedoya Zuluaga, del glorioso Ejército de Colombia
PF CAMARGO LA GUERRA DEJA HUELLAS EN CADA UNO DE NOSOTROS, YA DEJASTE LA TUYA, AHORA ES NUESTRO TURNO Y HACER QUE TU MUERTE NO SEA EN VANO

ALEGORIA AL SOLDADO DE INFANTERIA

¡Yo soy de infantería… la reina de las armas! Siempre tendrán mis manos un fusil y toda mi bota, salpicada de recursos, siempre llevaré en mis manos un fusil y mis ropas impregnadas de sudor y sufrimientos, siempre estará en mis manos un fusil, o en mi divisa el rojo que tiñeron mis heridas, siempre llevare en mis manos un fusil y a la espalda mi mochila con el peso de la gloria

¡Yo soy de la Infantería… la reina de las armas! Mi altiva estirpe guerrera, frente al pendón de castilla, al grito de Tisquesusa, Calarca y Marubali. Lanza corazón y flecha, formaron india muralla, la lucha fue desigual hice honor a mi raza.

¡Yo so de infantería…la reina de las armas! Pasaron tres siglos de Charala vino el grito comunero. Yo labriego campesino me arme de lanza y machete, con Galán y con Berbeo marche sobre mi opresor y mi protesta sembró la mies de la libertad. ¡Infantería Colombiana… Paso de Vencedores! ¡Yo soy de Infantería la reina de las armas! Soy el infante que atravesó el páramo de pisba. Con el cuerpo desnudo cubierto de esperanzas Yo seguí al Libertador en la ardiente llanura y mi huella sangrante deje en el camino de

Paya. Mi angustia de soldado presente en Gameza, Topaga y Cerinza, mí fé de granadino, vió correr mi sangre en Vargas, en Boyacá me embriague con la victoria; y Yo soldado de Infantería ví nacer mi Patria, en Ayacucho, Córdoba hizo de mi lema una leyenda y Yo infante de Colombia, con mi fusil al hombro lleve mi gloria al Citicaca.

Infantería Colombiana…Paso de vencedores! En el sur de mi patria suena el clarín de la batalla. Al grito de contienda marche a defender mi patria amenazada. El tempestuoso Amazonas fue testigo mudo de heroicas jornadas, las ráfagas de mi ametralladora y el troncal de mi fusil, turbaron el silencio de la selva milenaria. Sobre las posiciones enemigas mis cansadas manos hicieron ondear soberana la bandera mi Patria.

Yo soy de infantería la reina de las armas! Deje mi Patria, cruce los mares y el lejano oriente oyó mi grito de batalla, mi bota se hundió en tierra de leyenda y el mundo entero fue testigo de mi gloria. Allí deje mi huella de infante y la sangre de mis hermanos. Traje el sabor de su música y mi fusil más glorioso todavía.

Yo soy de Infantería…la reina de las armas! Deje el cuartel donde curaba las heridas, para situarme al centro de una lucha fratricida, desde entonces mi perro y Yo vamos por senderos y cañadas conociendo el egoísmo, la traición, la emboscada. Mi perro y Yo permanecemos largas noches de vigilia, para que mi hermano el campesino, tenga la paz para sembrar sus ansiedades, y refugio para sus amarguras, seguiremos por pueblos y veredas, hasta cuando en cada mujer se dibuje una esperanza y en cada niño una sonrisa, mi perro y Yo jamás descansaremos, hasta que florezcan juntos cambulos y gualandayes.

Yo soy de infantería…si el 25 de julio de 1819 un puñado de soldados haciendo gala de su valor, rompieron con sus lanzas las lanzas, las líneas opresoras. Hoy, Yo soy soldado de infantería, sigo su tradición y bajo el alma de lealtad, valor y sacrificio, encarno en cada uno de mis pasos silenciosos el alma del lancero, mi espíritu de lucha, me permite sobreponerme al frío, hambre, y sueño; cada vez que venzo el miedo. Ofrendo mi vida por la libertad de mis hermanos.


¡Yo soy de infantería…la reina de las armas! Con mi paracaídas salto majestuoso hacia el abismo. Desde los cielos mi horizonte más amplio y me siento dueño de mi Patria. El rugir de las aves es mi anuncio de guerrero, tengo la osadía de los valientes y la prudencia de los dioses. Soy el hijo predilecto del dios de la guerra y mi pecho lleno de alegría porta las doradas como anuncio de victoria.

Yo estoy en las filas de los guardias de honor de Colombia, soy comando actuando en mi preparación, soy lancero, soy paracaidista. Se lucha en los nevados, las planicies y los valles, con infatigable deseo de lucha defiendo a mis hermanos y velo por su seguridad, soy buen compañero, buen amigo, buen soldado.

¡Infantería Colombiana…Paso de vencedores!

ESCUDO DE INFANTERIA

Homenaje a nuestros soldados

“Caminando sobre la línea, fatigados y cansados, en los espesos campos de batalla, van los soldados defendiendo su honor, y esa patria que llevan por dentro, arriesgando su vida, en medio del peligro, viviendo siempre entre la victoria y la muerte, dejando su sangre derramada, la misma que tiñe la tierra y los campos vestidos de verde, testigos del sufrimiento de los soldados en la guerra, atravesando ríos y praderas, y en medio del frio que les llega hasta los huesos, y el calor que les reseca la boca.
Pero, como buenos guerreros siguen adelante, tratando de pasar la línea imaginaria entre las oscuras noches, llevando la esperanza de volver, y repitiendo las palabras “Dios mío ayúdame” llevando en su mente la palabra “Victoria” para alzar las manos de alegría y no volver con la cabeza viendo hacia el suelo, o en un ataúd, por defender su patria, y que los reconozcan como verdaderos héroes, pues son ellos quienes cada día dejan atrás a sus familias y a sus amigos muertos. Para los soldados que dan su vida por defender esta patria. Para esos héroes en silencio.

LOA DE INFANTERIA

A pie y sin un centavo en los bolsillos; calado hasta los huesos con el estomago frío. En la vista una nube de hielo; y en el dedo que oprime el gatillo, un sabañón… Hace mucho frío. Pero nunca bastante para frenar a la infantería, que, con un traje de dril, derrite la nieve de los montes y la escarcha de los ríos difíciles y el hielo que oprime a los corazones en desgracia.

“Ningún oficio más bonito que el de Soldado de Infantería, artesano del valor heroico, orfebre del valor estoico, que va a pie a donde lo mandan, con sus hombres detrás, y que a veces se queda en el camino porque una bala con que facilidad, Dios mío¡ le para los pulsos del corazón”.

La guerra no es triste, porque levanta las almas. La guerra no es triste, porque nos templa la sangre.

La guerra no es triste, porque nos enseña que, fuera de la bandera, nada, ni aun la vida importa.

La infantería es la guerra a pie firme. La guerra cara a cara, la vida jugada a la cara y cruz de la victoria o de la muerte.

La infantería es la guerra a cuerpo limpio. Y el infante, el lidiador que lleva el espíritu armado de un estoque de fuego, como un arcángel con estrellas en la bocamanga.

La infantería no es la materia, es el ligero y tenue soplo que vivifica. La infantería no es la masa, es la compañía. La infantería no es, a veces, ni el concierto: es siempre la arrebatada canción del solitario centinela, que canta para que el cabo de guardia sepa que esta vivo.

Quien no haya sido soldado de infantería, quizás ignore que cuando el hombre se cansa, aun le faltan muchas horas y muchas leguas para cansarse. Porque el secreto de la infantería es el de sacar fuerzas de la flaqueza y hacer de las tripas corazón. Que nunca mas noble destino tuvieron ni para nada mejor pudieron servir.

Quien no haya sido soldado de Infantería quizás ignore que cuando el hombre se lanza, cuando el hombre se le calienta la sangre, lo más difícil es pararlo y enfriarlo.

Porque el otro secreto de la Infantería es el de calentar el aire con la mirada y darse cuenta de repente que la batalla termino cuando el soldado creía haber empezado.

Que nunca mejores tiempos se conocieron ni en más gallardo menester se emplearon. Quien no haya sido soldado de infantería quizás ignore lo que es sentirse el amo del mundo, a pie y sin dinero.

A pie paseamos por donde quisimos, porque el que no va a pie no se entera y os lo dice un vagabundo. Y sin dinero izamos nuestra bandera donde nos dio la gana y donde nos mandaron, porque la victoria es algo que no se compra, sino que se conquista; y os lo asegura un pobre.

Ningún oficio más bello que el del infante que lleva su casa a cuestas, como el caracol, y se pelea porque no admite jaques: como el león, como el gallo y como el toro. Sin medir las fuerzas o que no fuera noble presentar las batallas ganadas y sin mirar atrás, porque detrás no hay nada, absolutamente nada.